Un gol y una explosión de alegría tras 1000 días y 500 noches

Fue de penalti y en los minutos finales de un partido con el marcador ya bien encarrilado. Pero Carlos celebró el gol con rabia y alegría. La rabia acumulada de más de 3 años sin marcar. La alegría de seguir dando pasos tras haber superado una lesión de rodilla que le tuvo año y medio -508 días- sin poder jugar un partido oficial.

508 noches de sufrimiento para Carlos Igual, sufrimiento compartido por su familia en Sagunto, por su familia de fútbol en la Academia VCF a la que llegó hace 10 años, y sufrimiento compartido también con todos los médicos, fisios, compañeros que le han animado en este proceso de trabajo, esfuerzo, sacrificio, resiliencia y humildad que pudo ver la luz en abril de este año cuando volvió a los terrenos de juego y que se vio recompensado también con la llamada de la selección española sub’17 el pasado agosto.

Un gol lleno también de agradecimiento a todos sus compañeros y en especial a Hugo García, encargado de lanzar los penaltis en ausencia de Hugo de Mateo que ya había sido sustituido tras anotar un golazo de falta. Nada más señalarse el penalti el capitán le cedió el balón a Carlos. Un ejemplo de germanor en un equipo de hermanos.

El golpeo fue con la izquierda, ajustado al palo en un tanto que servía para cerrar la victoria por 3-0 ante el CF Intercity y que ubica al VCF Juvenil B a un punto de la primera posición en el Grupo VIII de Liga Nacional en el que poco a poco va escalando posiciones. Un gol para seguir alimentando el sueño de ser futbolista con la fuerza que da superar los obstáculos y saborear las alegrías después de 1000 días y 500 noches. 

Fotografía: Jorge Ramírez