El Príncipe de Alcorcón se reencuentra con su pasado

Cuando el bombo emparejó al Valencia CF con la AD Alcorcón Carlos Arroyo no pudo evitar sonreír en su despacho en la Ciutat Esportiva de Paterna. Sus dos equipos se iban a enfrentar por primera vez en la historia y, además, en unos 1/16 de final de Copa del Rey. Los recuerdos empezaron a brotar casi de forma inmediata. Algunos algo difusos, eso sí.

Han pasado casi 40 años de su paso por la AD Alcorcón a donde llegó con 12 años a finales de los años 70 siguiendo los pasos de su hermano Tomás, 4 años mayor que él. Y allí estuvo hasta que lo fichó el Valencia CF cumplida la mayoría de edad, convertido en promesa del fútbol y en el Príncipe de Alcorcón. Un apodo del que no recuerda el origen y que, ya en Valencia, cambió por el “El Chato” con el que le bautizaron cariñosamente sus compañeros. Le acompañó las 12 temporadas que cumplió en Mestalla en las que dejó muestra de su calidad y firmó grandes goles en el Bernabéu o el Camp Nou, entre otros estadios. Es uno de los 10 jugadores con más partidos oficiales en toda la historia del club.

“Estuve viendo el sorteo y fue curioso que se enfrentaran después de tantos años AD Alcorcón y Valencia CF. Mis comienzos fueron allí y son mis dos equipos. Que se enfrenten ahora en la Copa del Rey es una sorpresa y una alegría para mí”, reconoce Arroyo en VCF MEDIA, donde rememora sus inicios en el fútbol y los entresijos de su fichaje por el Valencia CF. “Había alguna vinculación familiar de los que entonces eran secretarios técnicos del club. Mestre o Buqué, no sé cuál de los dos, tenía algún familiar en Alcorcón o cerca de allí. Les llamó el familiar y les dijo que fueran a ver un chico en Alcorcón que estaba destacando. Gracias a eso vino el Valencia CF a verme jugar. Ý muy agradecido a la trayectoria que he tenido aquí y la que sigue siendo mi casa”.

Alcorcón forma parte de la biografía futbolística y sentimental de Carlos Arroyo, aunque no nació allí. La confusión permanece en internet y en múltiples referencias. “Todo el mundo dice que nací en Alcorcón, pero nací en Madrid y tenía familia en Alcorcón. Vivía cerca de allí pero no era nacido en Alcorcón. Me tocaba ir en metro a entrenar o ir andando un buen trayecto. A veces me quedaba en casa de mis familiares. No soy nacido allí, pero sí he jugado allí en mi época de infancia y adolescencia. Y lo recuerdo con mucha alegría y mucho cariño”.

Allí se hizo futbolista y debutó con el primer equipo con 17 años tras haber formado parte de un juvenil subcampeón de la liga que todavía recuerdan en un club que, fundado en 1971, daba sus primeros pasos. “Era un club modesto”, recuerda Arroyo. “Siempre estaba en preferente o tercera. Era un club muy familiar y muy sencillo. Empezaba en esto del fútbol, creó una escuela para chiquillos y allí dábamos nuestros primeros pasos con la ilusión de progresar y pasarlo bien”, rememora Arroyo.

El vínculo emocional con el AD Alcorcón fue grande. Tanto, que ya firmado por el Valencia CF pidió permiso para participar en el homenaje al capitán Jiménez. La foto quedó como testigo mudo. Todavía guarda algún contacto con gente de su época. “Tengo un excompañero que está ahora trabajando en la asociación de veteranos del Alcorcón, un portero con el que coincidí en un juvenil que fue muy bueno, fuimos subcampeones en la superliga de división de honor. Hablamos de vez en cuando”.

El crecimiento de la AD Alcorcón, ha ido en paralelo al de otras localidades cercanas a la capital en las que la pujanza demográfica y económica las ha ubicado en la zona noble del mapa futbolístico. Ahora la AD Alcorcón ya está consolidada en Segunda y ya ha protagonizado alguna gesta en Copa del Rey que el Valencia CF tratará de evitar que se repita. “Ahora se ha igualado mucho todo en el fútbol y más a un partido y en el campo del equipo en teoría inferior” advierte Arroyo, que en su faceta de delgado del filial lo comprueba cada fin de semana. “Han crecido mucho todos estos equipos. Lo vemos también en los partidos del VCF Mestalla donde los rivales vienen cada vez con cuerpos técnicos más preparados y con jugadores de mucha calidad, que están ahí por circunstancias, pero podrían estar más arriba. Hay que tener mucha precaución, pero el Valencia CF tiene que ser mejor y espero que, como hicieron en Yecla, lo solventen”. El corazón en todo caso le pide un imposible, que pudieran pasar los dos equipos.

Esta Copa del Rey está sirviendo además para ver asomar en el primer equipo jóvenes jugadores del VCF Mestalla que, como Arroyo en su momento, sueñan con consolidarse en la élite.  “El objetivo principal de la Academia VCF es suministrar jugadores y para eso se trabaja. Es nuestro fin, que puedan debutar, que podamos facilitar las cosas para que puedan llegar arriba, que es el proceso de vida normal de un deportista de élite que está en una Academia como la del Valencia CF” incide Arroyo que a sus 54 años ha desempeñado varias facetas en la Ciutat Esportiva de Paterna, siempre cercano a los chavales, atento a lo que puedan necesitar y dar algún consejo cuando se lo solicitan. “Cada vez que sube uno es motivo de orgullo y de satisfacción enorme y lo seguimos con mucho interés para ver su evolución. Y siempre estamos pendientes de ellos” señala Carlos Arroyo, el Chato, que esta semana, por unos días, vuelve a ser el Príncipe de Alcorcón.